Actualmente, vivimos en una sociedad que nos incita a llevar un estilo de vida rápido y a invertir un gran número de horas en nuestro lugar de trabajo. Como resultado, encontramos a muchas personas que tienen una alimentación inadecuada por falta de tiempo, sufren ansiedad, estrés y/o duermen menos horas de las recomendadas. Todos estos factores afectan y limitan el desempeño de las funciones de los y las trabajadoras.

Por lo que es muy importante que desde el entorno laboral, se tomen medidas preventivas, que proporcionen a sus empleados/as herramientas que les ayuden a cuidar y mejorar su salud. Estas iniciativas deben incluir acciones formativas que incentiven un estilo de vida saludable a través de la alimentación variada y equilibrada y favorezcan la actividad física.

Otro de los grandes retos, a los que nos enfrentamos en el día a día, es que la obesidad se presenta como uno de los problemas de salud más importantes a nivel mundial. De hecho, se la conoce como una de las mayores epidemias del siglo XXI y se calcula que alrededor de un billón de personas en el mundo padecen obesidad o sobrepeso. Centrándolos en nuestra Comunidad Autónoma, y según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología, un 23,1% de la población canaria tiene obesidad y un 35,1% sobrepeso.

Estos valores tan altos se pueden deber a múltiples factores; sociales, culturales, económicos, etc. reflejándose en: una elección de alimentos poco nutritivos e hipercalóricos, sedentarismo, que de una forma u otra genera apatía, bajo rendimiento escolar, etc.

La educación es la base de una sociedad sana, es importante fomentar hábitos saludables de alimentación y la práctica regular de actividad física, para prevenir sobrepeso y obesidad. Y sobre todo conseguir que los ciudadanos sean capaces de mantener y compatibilizar estas prácticas en su vida diaria.